SUMARIO DE LA NUEVA POESÍA

jueves, 2 de junio de 2016

DIOSAS Y DEMONIOS DE LUCAS BARRETO








"Vale más un loco claro y soñador


que cien profesionales alienados"
Lucas de Juana

Andaba Dante fiel a la guiatura de Virgilio cuando encima del portón leyeron:

"Per me si Va nell'a cittá dolente
per me si va nell eterno dolore
per me si va tra la perduta gente"

Escribe Dante que tal inscripción produce temor en quien lo lea. Vertido al español dice el terceto: "Por mí se va a la ciudad doliente / por mí se va al eternal dolor / por mí se va con la perdida gente" (Divina Comedia, canto tercero del infierno). Virgilio animó al poeta con suaves palabras y le conminó a entrar.

Este libro de Lucas debe estar antecedido por este cartel: “Por este libro se va a la verdad oscurecida”. Pero hay que animar al lector a continuar la ruta. Y este emparentamiento con Dante Alighieri no es una fórmula de cortesía. Al avanzar por entre los cantos de "Diosas y demonios" se percibe un aire medieval. Es como revivir esa lucha a sangre que debieron enfrentar los primeros humanistas por emerger (salir) de la oquedad que el cristianismo había horadado en todos los órdenes de la vida. Tal como los primeros herejes, Lucas de Juana señala con el dedo rotundo de la verdad y los ojos claros de la vigilia el origen mismo de las sombras:

"Pero también crearon
dioses, esperanzas y ultramundos
y todo lo guardaron en un opúsculo
que más tarde
se convertiría en el gran libro
de la verdad" (10)

Y es cierto que las escasa carnes de Lucas se habrían chamuscado en las brasas del Santo Oficio si no hubiese acertado nacer en estos tiempos. Distinto destino padeció Giordano Bruno.
Para llevar a término esta cruzada inversa, Lucas prescinde de toda norma o voluntad alienatoria. Devela lo que está oculto tras el manto de los estamentos, de las filosofías, para concitar una mirada a la realidad desnuda:

"Eres la burla de los que te premiaron
porque ellos saben
que tú no siembras flores
sino bases infernales"

Así le habla, de tú a tú, al negro descarriado de Barack Obama. Y así a Ratzinger, es decir: a los envalentonados sostenedores de imperialismos terrestres y celestes. Y no es que se esté salvando el pibe
"Francisco I", que ya debe estar redactándole Lucas una epístola puntiaguda.

¿Dijo alguien "poeta maldito"? Si fuese así, tendríamos a Lucas de Juana como el miembro secular de una cofradía de seres ojiabiertos. Escribe Lucas:

"Porque sé que no soy
el mejor de tus hijos
pero soy tu hijo
en una eterna lucha conmigo mismo" (31)

Y dijo Baudelaire:

"Maudite soit la nuit aux plaisirs éphémeres
ou mon ventre a conçu mon expiation!"

Que en español es como decir: "maldita sea la noche de los placeres efímeros cuando mi vientre concibió mi castigo" (Charles Baudelaire 'Fleurs du mal'). Una Visión particularisima, aún blasfematoria en Baudelaire, reflexiva (acto reflejo) en de Juana, en ambos el nacer está signado por el bien-decir (la ironía en Baudelaire se descubre en el nombre del poema: "Bénédiction") que es una forma laica y por lo tanto humana de erigir a la persona por medio de la palabra. El bien-decir laico es colocar al ser en un nivel cualitativo a la vez que aprobatorio, en un nivel esperanzador. Lo que el francés eleva por mediación libre de los símbolos teologales, nuestro chivacoeño lo hace desde una actitud re-ligaria originaria.

Lo que no se debe negar es que LucAs es un caballero, sin caballo. Y actúa como aquellos caballeros quienes antes de partir hacia una aventura hacían advocaciones sentimentales a su amada. Amadís de Gaula a basa todas sus peripecias en el amor que rinde a Oriana, hija del rey Lisuarte; asi, nuestro caballero Lucas de Juana lega todos sus afectos a la doncella que queda atrapada en una caja de cristal. Esta Oriana amada está confinada a convivir entre libros, sometida al influjo de los tomos impresos y esa especie de fortaleza levantada en poesía se convierte en núcleo atrayente para esta alma sensible y sensitiva. Resulta que para nuestro poeta la Mujer es la antípoda aventajada respecto al hombre, la cual se inviste en la condición de Diosa, en oposición a demonios a los cuales somos relegados los varones. Es de notar que en esta sencilla geometría de la atracción amorosa se insiste en el tono galante.

Se puede percibir en esta creación lucaniana un desfile de expresiones arcaicas que dan con el origen de la lengua: calipédico, garboso, suasorio, tarquinado, lo que le otorga ese sabor antiguo y renovado a la vez a este libro que con mucho y justo placer hoy presentamos.



Radamés Laerte Giménez, en ocasión de presentar Diosas y Demonios, abril de 2014

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